sábado, 19 de noviembre de 2011

Su único pecado fue tener, él también, un amor

Osvaldo Bossi (foto: Librería del Ciclista)


Verónica Dema En los poemas hay referencias al dibujo animado del Correcaminos y el Coyote, a los útiles escolares, a los juegos etc, con referencias emocionales fuertes. ¿Quién fuiste de niño? ¿Qué dirías que te quedó de entonces?

Osvaldo Bossi Fui un niño solitario y tímido, sobre todo a partir de los nueve años, cuando me di cuenta que tenía un secreto, y que si lo develaba, el mundo se pondría en mi contra y ya no me querrían más. Escribí poemas para revertir esta situación, creo. Mientras tanto, era el niño más bueno del mundo, y era inaccesible. Como si hubiera cometido un pecado mortal o algo así. De hecho, mi padre se fue de casa cuando yo tenía nueve años, y  de alguna forma me sentí responsable de ese abandono.  En el fondo, a veces creo que escribo nada más que para darle voz a ese niño. Y es de esa voz de donde vienen, al menos esencialmente, los poemas de amor que el Coyote le escribió al Correcaminos, y la irrupción de El Avispón verde, y de su ayudante  Kato, en Adoro. El habla, y yo transcribo sus parlamentos.

Fragmento del reportaje publicado en Boquitas Pintadas.

Como si hablara de mí...

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