Osvaldo Bossi (foto: Librería del Ciclista)
Osvaldo Bossi —Fui un niño solitario y tímido, sobre todo a partir de los nueve años, cuando me di cuenta que tenía un secreto, y que si lo develaba, el mundo se pondría en mi contra y ya no me querrían más. Escribí poemas para revertir esta situación, creo. Mientras tanto, era el niño más bueno del mundo, y era inaccesible. Como si hubiera cometido un pecado mortal o algo así. De hecho, mi padre se fue de casa cuando yo tenía nueve años, y de alguna forma me sentí responsable de ese abandono. En el fondo, a veces creo que escribo nada más que para darle voz a ese niño. Y es de esa voz de donde vienen, al menos esencialmente, los poemas de amor que el Coyote le escribió al Correcaminos, y la irrupción de El Avispón verde, y de su ayudante Kato, en Adoro. El habla, y yo transcribo sus parlamentos.
Fragmento del reportaje publicado en Boquitas Pintadas.
Como si hablara de mí...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comparta sus ideas sobre la entrada a continuación.