domingo, 27 de mayo de 2012

Amor y política


Intimas escenas del horror




Se conocieron y se enamoraron en los años de la militancia en el FLH, corrieron peligro de muerte en la dictadura y vivieron en el exilio que nunca cesa. Héctor Anabitarte y Ricardo Lorenzo, casados y residentes en España, recuerdan a 36 años del golpe algunos datos, escenas, nombres de los años en que la muerte, la persecución y el constante castigo eran la ley.




Por Alejandro Modarelli

Hay que ver a Héctor Anabitarte y Ricardo Lorenzo pasearse entre los tesoros de su propio pasado con la actitud de un heredero; de ahí ellos sacan para nosotros unas monedas de oro, relatos que acreditan que no hay acontecimiento pequeño ni privado que no pueda ser rescatado para la gran historia colectiva. Sé que el tono de esta frase tiene pretensión benjaminiana –difícil evitar cuánto se hablará acá de memoria, de ruinas y de salvación–, pero lo cierto es que se ajustan también a mi pasión por esos dos ex novios del célebre Frente de Liberación Homosexual argentino (FLH), magníficos narradores que ahora, unidos en la gracia patrimonial del casamiento (hay que saber administrar el futuro cuando ya se tiene demasiado pasado), me escriben desde su casa de Aranjuez sobre la experiencia de la dictadura. Sobre todo de ese momento iniciático en que, convencidos del riesgo de desaparecer, huyeron el 16 de enero de 1977 a España en un barco de nombre farolero, el Guglielmo Marconi. Se acuerdan, por ejemplo, de que en la escala en Montevideo subieron unos emigrantes uruguayos que, apenas el barco abandonó el puerto, lo adornaron con una pancarta enorme que invitaba al presidente Bordaberry a meterse el Uruguay en el culo. Dos patrullas interceptaron el barco, lo detuvieron una hora, pero no consiguieron que el capitán dejara subir a los milicos. Por suerte, la tripulación del Marconi no quiso cargar con muertos sobre su conciencia y no los entregaron. Exigieron enrollar la pancarta, y a otra cosa.

 Ver artículo completo en suplemento SOY de Página/12



viernes, 25 de mayo de 2012

Ma vraie vie à Rouen (2002)

Ma vraie vie à Rouen (2002)
Etienne (Jimmy Tavares) y Ludovic (Lucas Bonnifait)


Laurent (Jonathan Zacaï)
, Caroline (Ariane Ascaride)
y Etienne (Jimmy Tavares)

Hermosa película, hecha de los retazos que filma Etienne con su cámara. Sin golpes bajos, sin tragedias absurdas; la vida cotidiana filmada con simpleza y sensibilidad. Etienne es patinador artístico y está viviendo lo que él llama su "año del amor". Busca. Encontrarse, conocerse, abrirse, liberarse. Alrededor de él, el amor de su madre y su encantadora abuela postiza. Le alcanza para ser también una suerte de Cupido entre su madre y su profesor de geografía. Porque sencillamente el amor verdadero está expresándose en él, aunque tenga que esperar hasta el final, aunque su mejor amigo "no quiera saber" que su forma de amar pondrá ese mismo acantilado de Rouen en primer plano. Bellamente actuada, con personajes creíbles y queribles.
No es para los que no soporten películas lentas o busquen películas saturadas de explicaciones. La vida misma, pero en Rouen, Francia.