domingo, 28 de octubre de 2012

Cuando dudás aprovechan para discriminarte


 Juan Pablo Geretto

  • No voy a negar que existen cuestiones típicamente discriminatorias y demás pero nunca, ante cualquier atisbo de malicia, permanecí cerca. Enseguida me alejo, no soy de poner la otra mejilla ni pierdo el tiempo tratando de enfrentar personas con las que ni siquiera necesito discutir nada. Esta actitud es una elección personal que jamás me generó culpa. Tampoco pienso que deba defender nada a priori. La vida se da así y punto. Cuando dudás, es el momento en que los otros aprovechan para discriminarte.

  • Es difícil llegar a tener talento sin dolor. Son energías extrañas liberándose. Con ese mismo dolor uno podría salir literalmente a matar gente o si no, como hago yo, a matarlos pero de risa. Con un cuchillo en la mano cortás carne seguro y se puede ser cirujano o carnicero. En eso tiene mucho que ver la buena leche con que te alimentó la vida, la buena madera de donde uno logra salvarse en las inundaciones. No creo en la infancia solamente feliz ni ese tipo de mandatos heredados. Si me visto de mujer es porque verdaderamente busco la energía femenina, no sólo por una cuestión de imagen. Lo femenino es pura fuerza amorosa, capaz de florecer incluso donde encuentra la mínima fertilidad y, en el fondo, ¿qué importa ser hombre o mujer? Hay mucho hombre que sin saberlo tiene un toque femenino muy poderoso y atractivo. Si debemos poner tantos límites es porque los otros necesitan de ellos para no sentirse confundidos.
  • ¿Cómo es tu relación con la televisión?
    —Si mi aparato tuviera brazos ya nos habríamos abrazado en más de una oportunidad. Para mí fue como otra madre. Durante horas interminables me la pasaba embobado mirando la tele con la espalda apoyada sobre la baldosa fría. No creo que nada sea definitivamente malo en sí mismo, mucho menos cuando se vuelve popular.

Fragmentos del reportaje a Juan Pablo Geretto en el suplemento Soy de Página/12






viernes, 5 de octubre de 2012

El misterio de Alejandra Pizarnik


La poeta sangrienta 

Su suicidio, los retratos donde asoma como un niño azorado, su figura entre andrógina y desalineada, las anécdotas y los diarios íntimos que se revelan con cuentagotas construyeron una imagen trágica y mágica de Alejandra Pizarnik. A su vez, el asunto de su sexualidad siempre ronda como inspiración o como pesadilla. Por reticencia o por exageración, todos los que la conocieron marcan un lazo entre su poética y su deseo hacia las mujeres. A cuarenta años de su muerte, más datos y más voces salen a la luz, y el misterio continúa bien guardado.

Según se desprende de sus diarios, Alejandra no se consideraba lesbiana: no se estaba ocultando sino que, sencillamente, no creía que eso definiera su identidad: “Estoy cansada de este supuesto clima homosexual, que no es auténtico en mí. No sólo no soy lesbiana ni lo puedo ser (...) Cuando desperté imaginé mil llamadas telefónicas a M. Imaginé mil cartas, imaginé que me moría y la mandaba llamar en mi agonía. Y no comprendo por qué tiene que ser así. Pero pasa que me asusta la palabra ‘homosexual’. Prejuicios viejos en mi vida joven”. (Entradas del diario íntimo, 18 de diciembre y 25 de diciembre de 1960. Alejandra Pizarnik Papers, Archivo 1, carpeta Biblioteca de la Universidad de Princeton, citadas en El cuerpo de la letra, Patricia Venti, 2011)

Ver el artículo completo en el suplemento Soy de Página/12

jueves, 4 de octubre de 2012

Homofobia en el mundo del rugby


El grupo Poxyclub se metió con el mundo del rugby y se armó la grande... Parece que más allá de los calendarios con rugbiers en bolas que se hacen en Europa, en poses más que sugerentes, el mundo del deporte más "macho" no soporta la idea de que haya alguna historia de amor homosexual entre sus miembros y desataron la polémica con amenazas al grupo incluidas.

Así lo reporta InfoNews:


"El grupo musical Poxyclub filmó un videoclip para su canción "Rugby time", en el que se cuenta una historia de seducción y romance gay en los vestuarios de un club y se despertó una fuerte polémica.

Con guiños al lenguaje deportivo y en un registro erótico ("Qué dura te deja la cola la máquina del gym, cuando te haga un tackle la voy a sentir; Me toqueteaste en el scrum, pero me dejaste en el primer round), la canción cuenta básicamente una historia de amor que se vive a escondidas, en un clima de encierro que oculta la homosexualidad.

Los problemas para los integrantes del grupo, Mateo Yaya y Rorro Casas, llegaron poco después cuando, a través de sus productores y allegados, personas vinculadas con algunos clubes deportivos les manifestaron su malestar. "Pareciera que se ven ofendidos por un video de amor entre dos hombres. Empezamos a recibir amenazas de juicio, amenazas de golpizas", expresó Yaya en diálogo con INFOnews."


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